jueves, abril 06, 2006

Diógenes

Mirando hoy el calendario que tengo pinchado en la pared (que es uno de esos que tienen santos y las fases de la Luna) me he dado cuenta de que hoy, 6 de abril, es San Diógenes.

Me ha recordado a un artículo que leí hace tiempo acerca del uso que se hace del correo electrónico.

Donde yo trabajo tenemos unos cuantos usuarios así, que nunca borran ningún correo de los que les van llegando y se les acumulan y acumulan, hasta que ni siquiera saben qué es lo que tienen ahí almacenado. Lo peor es que algunos incluso se enorgullecen de ello.

Desde hace unos meses estamos intentando migrar el correo que tenemos ahora en la empresa, que es POP3 a otro sistema con IMAP4. En el POP3 los mensajes que llegan al servidor de correo se descargan al ordenador desde el que se consulta y ahí se quedan. En el IMAP se quedan siempre en el servidor, y solo se descargan al ordenador que lo consulta las cabeceras de los mensajes con el asunto, la fecha y el remitente.

  • Ventajas del POP3: Se aprovechan los gigas y gigas que tiene el ordenador del escritorio.

  • Inconvenientes: Si el disco de gigas y gigas se estropea, perdemos todos los mensajes, quizás de años. Para evitarlo, conviene hacer copia de seguridad de vez en cuando. En casa puede ser sencillo pero en una empresa no.


  • Ventajas del IMAP: Como los mensajes se guardan en un servidor centralizado, se puede acceder a todos ellos desde cualquier sitio y hacer copia de seguridad fácilmente

  • Inconvenientes: Hay que repartir el espacio de disco entre todos los usuarios del sistema, y este siempre es limitado.



  • Desde que apareció el artículo que he mencionado antes, los administradores de mi empresa decimos de forma rutinaria que tal o cual usuario padece el Síndrome de Diógenes. Son estos los que mayores quebraderos de cabeza nos dan con el nuevo correo IMAP. El espacio que estamos dando es de 1 Gb (como Google Mail en sus inicios) pero es increible lo rápido que lo llenan, y algunos incluso se quejan de que haya tan poco. Cuando les preguntas cuánto necesitarían ninguno de ellos te da una respuesta aceptable, y además está esa ley universal que dice que da igual el espacio que se ponga, que al final acabará llenándose.

    ¿Cuál es la solución? En muchos sitios he leido que es educar a los usuarios para que utilicen el correo para lo que debería ser: una herramienta de comunicación. Lo malo es que muchos lo ven además como una herramienta de almacenamiento, y algunos son muy duros de mollera como para convencerles de lo contrario.

    Seguiremos intentándolo...