Hoy en el trabajo ha habido un momento de la mañana en que he recibido dos llamadas seguidas casi sobre lo mismo:
La primera ha sido una chica que trabaja en el dpto. de administración. Le han mandado una hoja excel con muchos campos y quería borrar los que no le servían para quedarse con los que le eran útiles, pero no podía porque la hoja estaba protegida. Y además cuando le daba a Herramientas -> Desproteger, le pedía una contraseña. Me ha preguntado si se podía saltar la contraseña para desprotegerla, y le he dicho que no. Le he dicho que probara a copiar todo y pegarlo en una hoja nueva en blanco, a ver si así podía luego quitar lo que quisiera, y ya no he sabido si le ha funcionado o no.
No he hecho más que colgar el teléfono y ha vuelto a sonar. Esta vez era un ingeniero mecánico que por lo que se ve va a impartir unos cursos. Le han pasado las transparencias en PDF, y quería resaltar algunos párrafos o algunas hojas con lo que considera más importante. Pero el PDF estaba protegido, y no tenía permiso más que para imprimirlo, no podía ni modificarlo ni seleccionar el texto para pegarlo luego en un documento de Word, por ejemplo. Y preguntaba lo mismo, que si se podía desproteger, y de nuevo le he contestado que no.
Se que existen programas que desprotegen esos documentos, de Office y PDFs probando claves por fuerza bruta, y que puede llevar desde unas pocas horas hasta unos cuantos días. Pero no he querido decírselo a ninguno de los dos. Primero, porque crearía un precedente, se malacostumbrarían, correría la voz, y cada dos por tres tendría que estar desencriptando documentos. Y la segunda razón es también ética. Estoy a favor del libre conocimiento y el open source y todas esas cosas, pero si el creador de un documento desea que no sea modificado o copiado, sus razones tendrá, y hay que respetarlo.
sábado, septiembre 17, 2005
Documentos protegidos
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